Soledad nació en Lavalle en 1991, lugar donde creció y donde aún reside. Durante su niñez, Soledad asistió a la escuela albergue en Asuncion, un pueblo Huarpe relativamente cerca de lo suyo. Aunque no tan cerca, por lo que Soledad y otros niños Huarpes se veían obligados a vivir en la escuela. Desde los seis años, Soledad se acostumbró a pasar nueve días en la escuela, y cinco en la casa. Recuerda la escuela con nostalgia y cariño, sobre todo los juegos con los compañeros, y las danzas folclóricas que aprendía en la escuela.
Soledad habló sobre las injusticias sufridas a lo largo de la historia por el pueblo Huarpe, el cual antes de que el gobierno reconociera su derecho a las tierras ocupadas por ellos desde que los españoles se los empujaron allí, debía someterse a aquellos que venían a apropiarse de las tierras y que explotaban a los Huarpes obligándolos a trabajar por una bolsa de harina y una bolsa de papas. Con respecto al agua, reconoce que el cambio climático, la falta de lluvias que afecta el área donde ella reside ha dificultado el cultivo de alimentos para consumo. Soledad sabe de la sequia del rio Mendoza por las historias contadas por su padre, más recientemente Soledad aprendió más cuando visitó los diques en una clase sobre hidráulica en la universidad.
“Los hacían trabajar por una bolsa de harina; esto cambio cuando se formaron las comunidades.”